domingo, 17 de febrero de 2008

Anécdota: "Ládrame otro Tango...."

El primer cementerio que tuvo Cabimas quedaba en lo que hoy es la calle Bolívar, exactamente donde esta el viejo edificio de la CANTV.
Siempre, cerca de los viejos cementerios habia un "gatico" o kiosko de madera donde se vendia cerveza. Este no era la excepción. Por allá en 1949 habia uno al lado de este cementerio.
Lo curioso no es que tuviera una "Rockola" con discos de 78 rpm, sino que al lado del "gatico" se echaba un perro que aullaba cada vez que sonaba "Milonguita", un Tango cantado por Carlos Gardel. El condenado aullaba solo con esa canción.
Pues por unos meses fué la atracción. Ver al perro que cantaba Tango. Luego no se le volvió a ver. Imagino que se canso de cantar sin cobrar... y se fué con su tango a otra parte. Y dicen que Cabimas no tiene historias.......

Rafael Rangel