miércoles, 11 de abril de 2012

Beneda 40 años deleitando con sus empanadas

La región cabimense es también una ciudad prodiga de emprendedores. La pintura, escultura, artesanía, gastronomía, el diseño y tantas otras cosas que se reflejan en la mente de nuestras gentes y hacen que Cabimas ocupe un lugar significativo, merecedor de los mejores reconocimientos.

Es así como esta ciudad tiene en su seno dos valiosas mujeres, sencillas humildes que con su trabajo diario llevan el sustento a su familia y que por esa razón merecen recibir una condecoración de Merito en el Trabajo y al mismo tiempo una pensión por sus largos 40 años de servicios en sus comunidades.

Ellas son Benedicta Pineda de Alcántara y Zoraida Villarroel, las dos provienen de mi barrio La Montañita, pero Zoraida vive en la calle El Rosario donde atiende a su numerosa clientela.

Hoy sin embargo, porque así se lo ofrecí, me voy a referir a Benedicta, a la que conozco cariñosamente como Beneda. Ella, nativa de Cabimas, pero vivió su niñez en el desaparecido poblado de Palito Blanco, lugar donde tiene ahora Pdvsa sus depósitos de materiales y hasta donde esta ubicada la estación de servicio 21. Luego se traslado a El Cardonal y al demoler ese barrio fueron trasladados a Los Laureles. No contentos con el sitio se vinieron al barrio La Montañita, donde aun permanece en la calle El Silencio frente a la parada de colectivos El Gasplant.

A los 15 años se caso con Lucidio Alcántara, un trabajador petrolero de la Creole, quien tuvo un accidente grave en una explosión y murió hace 22 años, pero antes la empresa lo jubilo.

Desde entonces Beneda, a la cual conoce toda la colectividad de La Montañita, comenzó, hace mas de 40 años, a preparar sus empanadas y pastelitos a la edad de 24 años y ahora arepitas, con lo que levanto a sus 10 hijos, cinco hombres y cinco mujeres y un nieto que son su felicidad y de quien tiene su mejor orgullo, porque ellas, Leudis, Luisa, Lolimar, Libisay y Lilibeth son profesionales.

En la conversación con ella en su residencia, estaba Jackeline Camargo, su sobrina, quien nos señala que Beneda se levanta desde las 4 de la mañana para preparar los guisos y elaborar las empanadas, que coloca en una paila grande y que poco a poco extrae para completar mas de 800.

A las 9 de la mañana es vendida toda la existencia por los asediados clientes que pacientemente esperan por sus pedidos que degustan con sumo placer.

Hablar con Beneda no fue fácil, primero su negativa, luego su viaje a Florida para visitar a una hija y después días de enfermedad, hasta ahora que tuve el apoyo de sus hijas y una sobrina para lograr esta tarea.

Tengo la certeza de que este artículo va a merecer una satisfacción para el conglomerado de La Montañita, donde Beneda, goza de gran afecto y simpatía.

Lcdo. Pedro Ramón Estrada
Cronista de Cabimas