jueves, 5 de abril de 2012

El Carnaval en Cabimas

Este mes de Carnaval es propicio para revivir “remembranzas” de la celebración de esta fiesta en la Cabimas del Siglo XX. Ahora que se ha engavetado esa “tradición”, las reminiscencias de lo que fue se archivan en las crónicas de la ciudad o en la memoria de nuestros padres y abuelos.

Cronistas, escritores, folcloristas y la gente del municipio siempre describen las celebraciones populares del Carnaval de antes. En aquel entonces en los carnavales de 1910 se jugaba con agua, harina, almidón y azulillo.

A partir de 1920 el agua era de colonia, los polvos de arroz, las serpentinas, los confines y caramelos. Se realizan juegos tradicionales como La Cucaña que era un juego difícil y resbaladizo, para escalar había que llevarse las cintas y cada una tenía un premio como carne, pan, agua, la carrera de burro, de caballo entro otros.

En la década de 1930 adquieren contornos de extraordinaria brillantes. Se realizan en la plaza con música, carroza y comparsas. La elección de la reina de carnaval se hacía a través de la venta de votos. El mejor carnaval de Cabimas fue en febrero de 1938, con la elección de la falconiana Lolita Sierra Roque.

En la década de 1940, los carnavales se siguen celebrando en diferentes sectores y barrios de Cabimas como en Tierra Negra, Corito, La Rosa Vieja, Barrio Obrero, Gasplant, Ambrosio, Amparo, Las delicias y Federación, los cuales se organizaban a través de las Juntas Promejoras. En la década de 1950 toman auge en los clubes de las empresas petroleras, en el Club San Benito, Club Régulo Reyes y la Bonita en Ambrosio.

Siempre proliferaban las mascaras, los disfraces, las negritas, los mamarrachos y el siempre pintorreado y grotesco afeminado.

En los años sesenta, según la crónica de la época se organizó el último carnaval con la participación colectiva y de gran colorido de carrozas de la Pepsi-Cola, Coca-Cola y de la empresa petrolera Creole Petroleum Corporation en 1967 en la Avenida Alberto Carnevalli. Como todos los años no faltaban los excesos en las plazas, barrios y clubes. Se decreta el fin de los carnavales populares.

Hoy, treinta y siete años después las avenidas principales de Cabimas no se engalanan para recibir las carrozas y comparsas. Ahora son los niños en los colegios y no pierden la oportunidad de lucir para su familia y sus amigos los disfraces más llamativos en el carnaval cultural promovido por la alcaldía de Cabimas.

Sotero Pino Roque