domingo, 3 de enero de 2016

LO ANDAN BUSCANDO COMO A PALITO ROMERO

Al investigar el origen de este refrán tan mencionado en el pasado, me puse a indagar sobre el mismo con algunas personas mayores nacidas en ésta ciudad y coincidieron en que el mismo tuvo su origen en esta tierra de gracia, donde el petróleo marcó un antes y un después, al cambiar en gran parte los hábitos y costumbres de las personas de este noble pueblo.

Esta historia, probamente tuvo sus comienzos entre los años de 1920 y 1935, cuando las explotaciones petroleras a cargo de las transnacionales, hizo que el gobierno de entonces realizara algunas expoliaciones de terrenos a quienes lo habían heredado de sus familiares. Muchos de esos poderosos terratenientes de la época, se hacían respetar ostentando una suerte de título de don, o de un supuesto generalato que ellos mismos se habían inventado, para lo cual con el objeto de amedrentar se presentaban con un revolver al cinto. 

En esos años vivía en la ciudad de Cabimas, un personaje de nombre Arturo Romero, de quien se decía había heredado varios hatos que venia en cadena de sucesión de su familia, entre ellos, el último heredero, nieto de la unión de Lorenzo Romero y Juana Villamil de Romero, de nombre Aniceto Romero, quien falleciera en 1912. Si bien Arturito no era dueño de tierra, o pariente directo de Aniceto, por lo menos defendía el patrimonio de la familia. 

El caso fue que Arturo Romero se encontraba en litigio de lo que él consideraba su propiedad, pues el gobierno de Juan Vicente Gómez ocupó esos hatos a favor de la compañía Royal Dutch Shell, las cuales Arturo trató de recuperar por la fuerza varias veces, razón por lo cual le había tomado tirria a los extranjeros que lo habían venido a cambiar todo en este apaciguó pueblo, ya que por culpa de ellos se mantenía huyendo del jefe civil de nombre Antonio Aranguren y sus hombres armados de fusil.


En esos años vivía en la ciudad de Cabimas, un personaje de nombre Arturo Romero, de quiense decía había heredado varios hatos que venia en cadena de sucesión de su familia, entre ellos, el último heredero, nieto de la unión de Lorenzo Romero y Juana Villamil de Romero, de nombre Aniceto Romero, quien falleciera en 1912. Si bien Arturito no era dueño de tierra, o pariente directo de Aniceto, por lo menos defendía el patrimonio de la familia. 

El caso fue que Arturo Romero se encontraba en litigio de lo que él consideraba su propiedad, pues el gobierno de Juan Vicente Gómez ocupó esos hatos a favor de la compañía Royal Dutch Shell, las cuales Arturo trató de recuperar por la fuerza varias veces, razón por lo cual le había tomado tirria a los extranjeros que lo habían venido a cambiar todo en este apaciguó pueblo, ya que por culpa de ellos se mantenía huyendo del jefe civil de nombre Antonio Aranguren y sus hombres armados de fusil.

Se decía que Arturo Romero era un hombre de baja estatura y muy delgado, por lo que las personas lo llamaban PALITO ROMERO, de quien además se decía que era un gran tirador, pues se había ganado esa fama por haber liquidado a varios adversarios en duelo a muerte, en una época, donde el honor se defendía en duelo de palo de vera, de machete y con arma de fuego.

Aconteció que en una oportunidad se encontraba un gringo tomando licor en compañía de dos meretrices en un bar en las cercanías de la montañita, una barriada ubicada a poca distancia de la salina, centro de trabajo de la compañía petrolera. El americano se encontraba de mal humor por haber perdido el barco que lo llevaría a su tierra. Cuentan los testigos, que el iracundo hombre dirigió su mirada hacia un lugar del bar, donde por costumbre, honor y respeto se encontraba la bandera nacional y un retrato del libertador Simon Bolívar, y el extranjero profirió unas palabras soeces con un verbo irrespetuoso y ofensivo, hablando mal de nuestro gentilicio patriótico y libertario.

En ese momento venia entrando al bar Arturito Romero y al escuchar aquellas palabras, increpó al gringo para que se retractara de lo dicho. Todos observaban con asombro y admiración aquel valiente hombre, que con un gran espíritu bolivariano defendía la memoria histórica, patrimonio de todos los venezolanos.

El, mesonero que atendía el bar, se acercó al musiú, como se le decía a los gringos en aquel entonces y lo previno diciéndole que aquel pequeño hombre era de cuidado. No dejaba de asombrar a los presente la desigualdad de cuerpos, ya que el gringo era demasiado alto y Arturito era de baja estatura y muy delgado.

Al gringo no le agradó que aquel hombrecito le reclamara por lo que él había dicho, y de una vez se levantó y le dio un fuerte empujón, al tiempo en que le decía “Bus chea gad den sana vavich” Arturito rodó por el suelo, pero inmediatamente desenfundó su revolver y le disparó al sujeto, logrando impactarlo en el pecho.

El hombre cayó mortalmente herido, mientras que Arturito se incorporaba y visiblemente disgustado se dirigió a los presentes y les dijo a viva vos “si este hombre muere, también matare a quien le dé sepultura en este país” El americano murió después en el centro asistencial para el cual trabajaba.

Desde entonces Arturito se dio a la fuga, siendo buscado afanosamente por la policía local. Aquella noticia fue inmediatamente difundida por los medios del país y la gente decía “ANDAN BUSCANDO A PALITO ROMERO”.

La frase se hizo celebre y las personas se acostumbraron al referirse a quien anduviera huyendo, diciendo “lo andan buscando como a palito romero” Decir que se refería al romero (espiga de una mata que se usa como condimento) no seria relevante, ya que el romero jamás ha estado difícil de conseguir.

La historia la hace el pueblo con sus rumores, si ésta historia que ha sido recreada por mí como escritor, coincide con otra es pura coincidencia. Debo agregar además, que se rumoró después, cosa no confirmada, que finalmente la policía dio con el paradero de palito Romero, el cual se encontraba escondido en la casa de cedillo, un hombre que en aquel entonces practicaba la brujería por los lados de R 10. Se dijo entonces que supuestamente fue impactado de varios disparos y dejado por muerto, pero que fue curado y logró sobrevivir. Es de hacer notar, que no se sabe si esto ocurrió en esos años, o tiempo después, lo cierto es que Cedillo el viejo ya existía.
Foto de Nestor Luis Perez Borjas.


MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.
Nestor Luis Pérez Borjas

Hay otra nota sobre Palito Romero contada en este blog por la profesora Josefa López de Urdaneta, quien nación en La Rosa en 1927.

http://cronicasdecabimas.blogspot.com/2008/03/te-andan-buscando-camar.html