martes, 28 de junio de 2016

PROCESIÓN FÚNEBRE.


PROCESIÓN FÚNEBRE.
En una oportunidad, allá por los años 60, siendo adolescente, me encontraba parado en la esquina de la calle progreso con la calle colón, cuando de pronto vi venir lo que me pareció ser un entierro, que a juzgar por lo extraño del mismo me pareció bastante inusual y fuera de lugar. 
Dado el caso, no sabía si se trataba de una comparsa, o en realidad se trataba de un entierro, en todo caso se dirigía hacia la iglesia local para cumplir con los oficios religiosos, que permitieran luego salir rumbo al cementerio. 
Cuando uno ve un cortejo fúnebre, se supone que se debe guardar la compostura, por tratarse del traslado de un difunto hacia su última morada.
El caso fue, que aquel féretro iba siendo conducido por un trío de borrachos, cuyos trastumbados pasos, daban la impresión de que se les iba a ir de las manos la caja mortuoria. Era tal el desbalance de aquellos cargadores, que el féretro tambaleaba para todas partes, dando la impresión de que se iban a caer, con la consecuencia de que el difunto saliera como producto del golpe y fuera a dar a la carretera.

No fuera tanto que los cargadores estuvieran borrachos, si no que además eran de diferentes estaturas, razón por la cual se remecían hacia todos los lados. La gente de por allí se apresuró a salir a presenciar aquel cortejo fúnebre, que además iba siendo escoltado por una partida de borracho, los cuales levantaban las botellas de licor en señal de brindis. Después me entere que la inusual procesión mortuoria venía de tierra negra una barriada cercana y que el difunto era un borrachito que iba siendo llevado por sus amigos de licor hacia la catedral para sus oficios religiosos. Aquella procesión fue la comidilla en esos días.
Nestor Luis Perez Borjas
MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.