Cuando yo llegaba ya me lo tenian en la taza, y cuando yo tomaba un sorbo, les decia:
"Mija, este café esta frio...".
Ese cuento era todas las mañana. Hasta que un dia, las muerganas empezaron a calentar el café en la leña desde las 2 de la mañana. Cuando llegue yo a las 5, agarran con palo la olla, lo cuelan y me sirven.
A lo que le eche el primer sorbo, parecia que el infierno con todos los diablos me hubieran entrado en la boca.
Ve que escupi el café, y donde cayó, se incendio el pasto.
A muchachas pa' terribles.........
"Papabuelo"