sábado, 2 de mayo de 2009

La irrealidad profunda de Lunar

Pintor nacido en Cabimas en 1949, por su carácter excéntrico y enigmático, hizo que su obra se inscribiera en la historia del arte venezolano como el gran inclasificable. Las imágenes de algunos cuadros las había visto en sueños. Muere de cáncer en un pulmón.

“Quería la perfección y me esmeraba en los detalles. Casi no dormía, ni comía, tratando de lograr esa perfección”, decía el pintor.El silencio de la noche, en casa de los Lunar, se interrumpe con el susurro insomne de Emerio Darío. La habitación se le ha convertido en un abigarramiento de columnas, túneles y escaleras que salen de la nada y no llegan a ninguna parte. El espacio es hermético, pero profundo y gris azulado como el océano. El sueño le ha dictado pauta para hacer sus pinturas.María Lourdes (Mariíta), su hermana menor, escuchó sus monólogos noctámbulos.

Era el año 1967, cuando apenas había dejado el oficio de hacer letreros y la creatividad inconsciente comienza a robarle el sueño.Ya a las 3:00 de la mañana, Mariíta le preparaba el café que con su aroma tibio impregnaba la vivienda ubicada en el sector Las Cabillas, de Cabimas.

Darío (como ella solía llamarlo) se sentaba en una gavera de refrescos. Frente a él, la loneta de hamaca tensada con tachuelas en un marco de madera, era posada sobre un taburete.Mariíta colocaba un termo repleto de la estimulante bebida, a su lado, en el piso, donde también estaba la infaltable caja de cigarros. En el centro de la casa, una cava estaba siempre hasta el tope de cervezas, para que Emerio pintara bebiendo, sin más boceto que los que los de su memoria. Trazaba las líneas de un ambiente arquitectónico encriptado y enigmático, que luego coloreaba con esmalte de aceite —también llamado pintura industrial—, que separaba y mezclaba en frascos de mayonesa y disolvía en kerosén. “Al principio quería pintar como los pintores del Renacimiento. Quería la perfección y me esmeraba en los detalles. Casi no dormía, ni comía, tratando de lograr esa perfección”, le dijo con su voz de murmullo a José Gregorio Marcano, un sobrino que le hizo una entrevista inédita como parte de sus prácticas de periodismo.. . .En la misma calle donde estaba la casa de los Lunar, vivía la familia de la pintora Flor Romero y, su esposo, Carlos Contramaestre invitó un día a Oscar González Bogen a tomarse una cervezas en el abasto de Manuel Esteban Lunar, padre de Emerio.

Cuenta Manuel Marcelino Lunar, hermano mayor de Emerio, que ambos pidieron ver las obras. González Bogen sorprendido por la calidad de los trabajos le pidió a Lunar que le hiciera un retrato.“Como lo advirtió el propio retratado, el personaje era un doble del artista personificado en la oscura figura del cuadro (...) más la presencia de pisos suspendidos y columnas provistas de gradas. Una existencia afuncional del espacio arquitectónico”, describe Juan Calzadilla en su libro Emerio Darío Lunar, texto dedicado al artista.Pero realmente lo que descubrió a Lunar —asegura Calzadilla— fue participar, animado por González Bogen, en el Salón D’Empaire de 1969, donde obtuvo el premio de la Universidad del Zulia.“Después de eso, se hizo la primera exposición individual en Caracas, en el Ateneo, donde la élite de la capital le compró todo y desde allí se fueron regando sus pinturas por todo el país y hasta en el exterior”, dice Manuel.En esas exposiciones, Sofía Imber se interesó por él, preguntó dónde vivía y fue a Cabimas. “Cuando lo conocí, comprendí que tenía una gran sensibilidad. Me mostró cómo hacía sus cuadros. La gente lo admiró por su manera de expresarse”, contó Imber, quien además le ofreció atención psiquiátrica en la clínica El Peñón, de Caracas, pues Emerio padecía de esquizofrenia.“Lo ayudé porque lo estimaba. Aunque por todo ser humano habría hecho lo mismo. Pero cuando se trata de una persona que está desesperado dentro de sí mismo, sentía que había que hablarle de otra manera y no de cuánto vale su cuadro, sino como un creador. Entonces se sintió comprendido”, comentó Imber.. . .Al difundirse los cuadros fueron calificados como: arquitectónicos, metafísicos, renacentistas, neoclásicos y surrealistas.Karin Jezierski, en Cuadernos Lagoven (1995) asegura: “Él supo rehuír a todos los enfoques, porque su obra no se amolda a ninguna clasificación y se inscribe en la historia del arte venezolano como el gran inclasificable”.Lo más insólito es que en una Cabimas llena de resolana, una costa poblada de torres petroleras y un rubor que en los frentes de las casas reflejaba el fuego de los mechurrios; nadie sabe de dónde sacó Lunar los colores fríos; atribuidos por él, a la muerte.“En la familia no hay artistas, ni libros de arte.

Nunca fue a una escuela de pintura, ni frecuentaba museos, pocas veces salía de Cabimas y de su casa. Pero creo haber visto en casa de abuelo algunas revistas con pinturas del renacimiento”, explica José Gregorio. La soledad que impera en la obra de Lunar es también una proyección de su vida.“Aunque somos cuatro hermanos: Manuelito, yo, Emerio y Mariíta.

Desde niño él siempre estaba aparte. Jugaba a hacer cosas. Hacía trampas para cazar pajaritos y cuidarlos”, cuenta su hermana Victoria María.En el empeño de hacer, abandona los estudios al llegar a sexto grado, para “hacer cosas”.“Si pasaba las materias era porque Mariíta le hacía las tareas. Además se ganaba a las maestras pintándoles las carteleras” asegura Manuel.“Como a los 18 años le dio por hacer sus camisas. Las que tenía las deshacía para sacar patrones, y las hacía en tela negra o marrón”, recuerda Victoria. “También fabricaba muebles en madera. Y cuando vio las paredes de la casa vacías comenzó a pintar paisajes y reproducciones de fotografías.

Así fue como comenzó a pintar, a los 26 años, en 1966”, dice Manuel.. . .Ya en 1980, la fama de Emerio Darío estaba en el tope y, a diario, era visitado por artistas, periodistas, estudiantes y curiosos.“No salía a vender sus cuadros. La gente iba a su casa a comprarlos. Él ponía el precio y si le pedían una rebaja, se daba la vuelta y se iba”, cuenta Andrés Chávez, un amigo de Maracaibo que se encargó de revender sus trabajos. “Pero de vez en cuando, las crisis de depresión le impedían recibir visitas”, recuerda Victoria.Las fiestas en los bares de donde sacó la mejor inspiración por las mujeres que pintó, se hicieron cada vez más frecuentes.

“Cuando iba a esos sitios se perdía. Lo veían en la calle con la melena y la barba hasta el pecho y le decían ‘El loco de Las Cabillas’. Pero lo traían a la casa, porque era muy decente, ni hablaba. No parecía de este mundo”, dice Victoria.

Mariíta, recuerda que en su bonanza, Emerio la ayudó a pagar los estudios de sus hijos. Me decía: ‘Yo no tuve hijos porque si me salía loco, iba a tener que trabajar y no hubiera pintado. Pero no te preocupéis hermana, que yo te voy a ayudar”. “En 1990 se le diagnosticó cáncer en un pulmón. Decidimos no decirle nada, para que no recayera en las depresiones. Me preguntaba: ‘María me duele la espalda, decíme si tengo algo malo...”.

José Gregorio recuerda que él siempre supo que moriría joven y decía: “Estoy satisfecho con mi vida. Todo lo he hecho ya... Que la gente me recuerde por mis cuadros. Como persona, me da igual que me recuerden o no”.“Tuvo que dejar de beber, fumar y pintar, porque el olor de la pintura lo asfixiaba. Permanecía en el cuarto y con pinceles imaginarios hacía como si estuviera pintando las paredes”, cuenta Mariíta llorando, como si lo viera.

Manuel narra la despedida: “Dormíamos todos juntos en un solo cuarto para no dejarlo solo. Era tan inseparable de Mariíta que el 22 de noviembre, el mismo día del cumpleaños de ella, tosió y se quedó como ahogado. Corrimos a socorrerlo, y en brazos de Lisbeth (hija de Mariíta) y María Victoria (mi hija), quedó así calladito como era él. Cerró los ojos”.

Yesenia Rincón Castellano Panorama Digital, 2007

viernes, 1 de mayo de 2009

2 de mayo de 1959. Inundacion de Tierra Negra.


La noche del 1ro de Mayo de 1959 aproximadamente a las 11:30 pm se inicio una tormenta con fuertes vientos, relampagos y agua pareja. Dicen que llovio como por 6 horas. Me cuentan que por detras de la hoy Av. Carnevalli pasaba una cañada por donde bajaban las aguas que caian, pero se obstruyo con un colchon, lo que propicio su desbordamiento.

Esto hizo que se inundaran los sectores de Tierra Negra, Campo Elias, Guabina.

El presidente del Concejo Municipal, German Rios Linares, activo un plan de emergencia, y se dispuso trasladar los damnificados a la sede del SOEP. En este trabajo ayudo mucha gente y algunos luchadores locales como Carmen Herrera, Jorge Hernandez (Presidente del SOEP), Eduardo Nava Espina, Dario Suarez Ocando, Betilde Flores de Batista, Carlos Tarre Murzi, Hugo Largo comandante de la GN, y Donald Benceocrof gerente de Creole. Tambien instituciones como el Rotay Club, Club de Leones, La Sociedad de Obreros del Bien, y Asociacion de Comerciantes Mayoristas.

Paises como Mexico, Colombia, Costa Rica y Cuba enviaron ayuda. De hecho EL 28 de mayo de 1959, en Cuba sale en gaceta, la Ley No. 338: "Se concede crédito extraordinario para socorro de los damnificados por inundaciones en la población de Cabimas, capital del Distrito Bolívar, Estado Zulia, en Venezuela, por un valor de 20 000 pesos para compra de medicamentos y víveres, todos de producción nacional. "

Rafael Rangel

La Cienaga, era una gran extensión de terreno ocioso que existía allí donde los muchachos de la época cazaban machorros, pájaros, elevaban volantines, se hacían carreras de burro, la cucaña, metras, trompo y hasta la quema de Judas se hacia allí. También servia de estadio para jugar las famosas “caimaneras” de béisbol.

Estas se realizaban en las tardes y sábado y domingo todo el día y se hacían apostando dinero. Allí jugaron peloteros que dieron la talla en el béisbol profesional venezolano y doble AA del Zulia. Se hacían encuentros entre equipos de otros sectores con los locales que eran estructurados con peloteros de tierra negra, miraflores y centro de Cabimas.

El terreno estaba ocioso, por que era muy bajito, era una depresión y debido a esto las aguas de lluvia de las zonas aledañas terminaban allí inundando todo el sector de allí el nombre de la Cienaga.. El gobierno había construido con una tubería de 24 pulgadas de diámetro, un drenaje para paliar esa situación y lo construyeron en línea recta por toda la calle Paez hasta Las Tierritas, que son los palafitos que están en la orilla del Lago.

Siempre el primero de Mayo, día del trabajador caía un aguacero sobre Cabimas, pero ese año, 1959, se prolongo lloviendo demasiado y encontrándose con que alguien había botado un colchón en la “boca del Tubo” tapando así la salida del agua de lluvia. Siguió lloviendo y el agua sin salida inundo toda la zona.

La primera ayuda que llego fue la local, los bomberos de Cabimas fueron los que quitaron el colchón y el agua empezó a fluir, pero era mucha agua acumulada en todo el sector y el pequeño tubo no daba abasto. La descarga era muy lenta. Llego personal de las compañías petroleras con bombas de achique, plantas eléctricas portátiles, hasta que varios días después todo volvió a la normalidad. Se recibió ayuda nacional e internacional para los damnificados que fueron reubicados en unas barracas de paredes de zinc y techo de zinc que fueron construidas para ese fin y que el sector recibió el nombre de “La Nueva Cabimas”. Posteriormente allí construyeron una urbanización.

Allí las autoridades, vieron la necesidad de ampliar el tubo de drenaje y pasaron varios años cuando se construyo un túnel de más tamaño, de forma rectangular, con dos metros de alto y tres de ancho siguiendo la misma ruta por toda la calle Páez hasta la orilla de la playa.

La Cienaga seguía siendo un terreno ocioso, baldío y luego de construido el nuevo drenaje ya no existía el riesgo de inundación, la gente lo invadió y construyeron sus viviendas y el “tunel drenaje” como es grande sirve ahora de guarida de gente ociosa y de malas acciones.

Nelson Marcano Urribarri

martes, 28 de abril de 2009

1965. El primer Obispo de la Diocesis de Cabimas

Constantino Maradei Donato nacio el 9 de Diciembre de 1915 en Ciudad Bolivar.

Se ordeno de Sacerdote el 8 de abril de 1939. Se le asigna como obispo a la ciudad de Cabimas el 23 de Julio de 1965, aunque es el 29 de agosto del mismo año que recibe la orden.

El 18 de Noviembre de 1969 se asigna a la ciudad de Barcelona y el 16 de noviembre de 1991 se retira.

Fallecio el 9 de enero de 1992.



Informacion obtenida en http://www.catholic-hierarchy.org
Foto cortesia del grupo "Cabimas en el tiempo". Facebook

Rafael Rangel

La Universidad del Zulia...en Cabimas

La historia del Núcleo LUZ-COL comienza el 17 de mayo de 1972 cuando en sesión ordinaria del Consejo Universitario se aprueba el inicio de las actividades docentes en el Ciclo Básico de Ingeniería en la Extensión de Cabimas.

Los Estudios Generales se crean 1973; en 1977 la Extensión de Humanidades y Educación y en 1978 la Extensión de Ciencias Económicas y Sociales.

Durante la rectoría del Prof. Humberto La Roche (1976) se impulsó por vez primera la creación de los Núcleos Universitarios Sub-Regionales, según informe presentado a las autoridades universitarias por el entonces Comisionado, Prof. J.J. Villasmil, donde se expresa que “LUZ debe adoptar para la COL el modelo de Núcleo Universitario Sub-regional”.

Sin embargo, esta iniciativa no prosperó y la COL tuvo que esperar 20 años para ver concretada esta idea, hecha realidad durante la rectoría de la Prof. Imelda Rincón, cuando el Consejo Universitario, en sesión de fecha 20 de mayo de 1992, acordó la creación de los Núcleos Universitarios de Punto Fijo y Cabimas, cuyo Reglamento fue aprobado en abril de 1993.

De esta manera, la sede de Cabimas se transforma en Núcleo y tres de sus Extensiones en Programas Académicos (Ingeniería, Humanidades y Educación; y Ciencias Económicas y Sociales).

La Mecha del Saber en Cabimas

El Núcleo LUZ-Costa Oriental del Lago emerge de un proceso histórico importante; aún no se había producido la nacionalización del petróleo y esta región del Zulia ya era la principal productora de este mineral en toda Venezuela, lo que implicaba seguramente su esencial aporte económico para el presupuesto del Estado venezolano.

La Universidad del Zulia, como gestora del conocimiento científico en la región, consideró para principios de la década de los setenta expandir su proyección hacia las regiones vecinas del estado que por sus condiciones sociales, políticas y económicas lo justificaran. Con el nacimiento de la extensión de la Facultad de Ingeniería en Cabimas y posteriormente de otras extensiones, se introdujo un incentivo cultural y científico en el ámbito universitario en la zona petrolera facilitando a los habitantes de dicha región seguir el estudio de carreras universitarias y permitir la descongestión del numero de alumnos en Maracaibo.

El Prof. Rafael Camacaro, actualmente jubilado y quien perteneció al primer grupo de inscrito e igualmente de egresados de esta institución, hace un breve esbozo histórico en el primer número del periódico «El Núcleo, donde señala que ya en 1971 se habían iniciado los cursos propedéuticos en el liceo nocturno “Alejandro Fuenmayor” y en 1973 comenzaron los Estudios Generales y la Escuela de Ingeniería; en ese mismo año, la Escuela de Petróleo y finalmente la Escuela de Civil en 1977.

Nace el Decanato de la COL

Con la creación del Núcleo COL, a partir del 1º. de octubre de 1994 desaparecen las extensiones universitarias de Cabimas y nace el decanato de la COL como parte de la Universidad del Zulia, donde su Coordinador General se convierte en autoridad decanal, dando inicio a un novedoso concepto organizativo, con autonomía académica-administrativa.

Su estructura matricial, ofrece la posibilidad de llevar adelante programas de investigación y de postgrado, negados al sistema de Extensiones, además de una representación directa en el Consejo Universitario. Hoy tiene una matrícula superior a los doce mil estudiantes y ofrece oportunidades de estudios de pre y post grado. Las primeras elecciones decanales realizadas en el Núcleo en julio de 1994 favorecieron a la Prof. Elide Nava de Céspedes (1994-1997).

Luego el cargo fue ocupado por el Prof. Tulio Cedeño (1997-2000), quien nuevamente vuelve a ganar las elecciones para el período 2000-2003. En Julio de 2003 es elegida la Dra. Dalmary Salazar, para el período decanal 2003-2006.

www.luz.edu.ve

lunes, 27 de abril de 2009

1927. Comienzos del Periodismo en Cabimas

En 1927 circuló el primer periódico en Cabimas, dirigido por José Núñez e impreso en la Imprenta Mercurio de Maracaibo, propiedad de su hermano Misael Núñez.

La Balanza se constituyó en vocero comercial de la Botica del Rosario. Sus páginas dieron cabida a comentarios generales, sin fijar predilección por tema alguno. No llegaba a concretar tópico. La época dictatorial impedía definir corrientes en los vehículos de opinión escrita. Las publicaciones provincianas iluminaban a su alrededor con la tenue luz de la vaguedad. Pero entre la oscuridad intelectual provocada por el régimen gomecista, sigilosamente pasaba de mano en mano la retumbante hoja clandestina con encendidos artículos revolucionarios, escritos por intoxicados redactores del marxismo, eje principal de la lucha de las clases trabajadoras.

El periodismo clandestino sindical se filtraba como devorador roedor en la mente de los trabajadores petroleros. El periodismo hecho públicamente se resignaba a cubrirse con el ropaje del interés general, vocero de la cultura o en defensa de la moral y las buenas costumbres. En todo régimen tiránico los periódicos dan la impresión de ser manuales de moral y buenas costumbres, porque en sus formatos no se localiza un título, un comentario, una crónica ni una información con enfoque social y que tenga como punto de referencia al Estado. Con ese ropaje de interés general, se ve aparecer ante la opinión pública de Cabimas el primer semanario editado en la propia ciudad. La dirección y redacción estaba a cargo del consagrado periodista José Ugas Moran y del celebrado escritor Ramón Díaz Sánchez (autor de la novela "Mene"). "Taladro", se tituló, su nombre quedó en los lectores después de una circulación de dos años consecutivos. La empresa editora la financiaron Ornar León Salas y Ramón Díaz Sánchez, quien adquirió de un señor Bastidas, de Maracaibo, una imprenta pequeña. Además de la edición del semanario la compañía anónima se dedicó a la industria tipográfica. La vida de "Taladro" duró hasta principios de 1934.

El periodismo siguiendo diligentemente el zig-zag político que se proyectaba rápidamente en las masas trabajadoras, despierta extraordinaria afición por reproducir las manifestaciones del espíritu en las páginas de los periódicos. "El Sol", dirigido y redactado por la joven Edilia María Arria, hoy señora de Bavaresco, ejemplar luchadora democrática, quien recibe en sus páginas el verso incipiente del digesto muchacho que sueña en ser el mejor poeta de su pueblo.

Ya en pleno 1935, Antonio Veloz, lanza "Ecos de Ambrosio". La transhumante sombra de Veloz desaparece como uno de los tantos pasos de gentes de otras partes que velozmente se perdieron por Cabimas sin dejar huella alguna.

En marzo de 1937, un mes después de la huelga petrolera, empezó a circular "El Heraldo Sindical", de tamaño grande. Pungía como Director Arcadio Ocando, siendo sus principales redactores Eleazár Gómez, Hermes Coello León, Enrique Bello y numerosos miembros del P.D.N.
Duró poco por la persecución política desatada en contra de sus colaboradores.

La devoción católica del pueblo hace que su Cura Párroco Pbro. Delfín Paz, redacte la hojita parroquial intitulada "Ecos Parroquiales", la cual empezó a ser entregada en 1938.

Para 1944, en pleno goce de un amplio ambiente de libertades públicas, propiciado por el gobierno del Gral. Isaías Medina Angarita, salta como fustigante látigo de crítica política "La Verdad", órgano de oposición por Ramón Vargas y J. Vásquez, redactado por numerosos miembros del P.D.N., en especial por Luis Vera Gómez y Joaquín Barboza (Don Juaco).

Ya para 1944, época en que brotó el entusiasmo de las masas por los asuntos políticos, la muchachada, los mocetones de actualidad, toman en seno las preocupaciones intelectuales y las empiezan a condensar en las páginas de "Pío Gil", vocero de la Asociación Juvenil de Cabimas. Ramón Pirela figura como Director. Ese mismo año nace "El Picarón", con sonrisa humorística se echó a la calle bajo la dirección de Mompez Alvarez.

"El Anunciador Comercial", de L. E. Acosta Lameda se publicó en 1944.

El Maestro de la Escuela Bomplan, Pedro Lhaya, ficha activa del P.D.V., partido medinista, fundó "El Obrero", órgano político del Partido Democrático Venezolano, S. Cabimas. Su primer número salió a mediados de 1944, durando hasta principios de octubre de 1945. Después, sucesivamente aparecieron "El Ex-Alumno", redactado por Armando Millán y Julio Marcano, en 1945.

Para el mismo 1945 se dio publicidad a "Petróleo" bajo la tutela intelectual de Alberto Núñez. Para 1953, R. Matrero y Oliva organizó la edición del "Boletín de la Asociación de Comerciantes e Industriales del Dto. Bolívar".

La Escuela Industrial a través de su junta Cultural, compuesta por los alumnos, lanzó en 1954 la revista "Etizu".

En ocasión a la celebración del Deslinde de los Ejidos de Cabimas en 1954, la Junta pro-Celebración del Cincuentenario, recosió en una revista importante material histórico sobre Cabimas. El Dr. Francisco E. Litton y Nicolás Salazar, preocupados hombres por la cultura sacaron en 1955, la revista "Lago", de poca duración. Es de lamentar el malogro de esta iniciativa ya que el Dr. Litton ha sido consecuente luchador por el incremento de las actividades culturales en Cabimas.

El periodista José Ramón Morales, después de ser reemplazado en la Corresponsalía del Diario Panorama de Maracaibo, por Fernando Caldera, se entregó a la difícil tarea de hacer un periódico que recogiera con afecto propio los sucesos locales. En esta forma nació el semanario "Balancín".

"Oro Negro", con el paciente tutelaje de Servio T. Caldera, anunciaba su salida para cada semana, pero la mayoría de las veces eran ocasionales, generalmente no cumplía un tiraje seguido semanalmente de otro. Tuvo efímera vida durante 1956.

Por eso, al mencionar el periodismo de la costa Bolívar, no podemos apartar la predominante influencia de Panorama. Apenas en 1933-1934 Aquiles Ferrer Vale se dedicó a la elaboración de informaciones sueltas, uno más que otro suceso, reseñaba. El sobre tardaba en llegar a la redacción, según la buena voluntad del cansado viajero que. era portador del mismo. Generalmente las informaciones eran publicadas 2 ó 3 días después.

Valmore Rodríguez, en 1934, fundó en forma la Corresponsalía y distribución de Panorama. Su trabajo periodístico lo compart ía con la trajinada labor de adoctrinamiento y organización del sindicalismo petrolero y del Partido Democrático Nacional. Su puesto de corresponsal lo desempeñó hasta fines de 1935. A raíz de la muerte del dictador Gómez se trasladó a Maracaibo. Félix Elias Duran, activo luchador, reemplazó al fogoso Valmore. Tiempo después, Marcos Luzardo, atendía a medias la Corresponsalía y la distribución del diario. A partir de 1938, Luzardo contrató por Bs. 100 mensuales los servicios de Eleazar Gómez (Don Ele), quien dividía las inquietudes periodísticas con un cargo en la casa comercial de los León Salas; delegó la corresponsalía en 1940 al sarampionoso Luis Vera Gómez. A fines del mismo año, Eleazar Gómez reasumía la Corresponsalía. En 1941, lo sustituyó Félix Hernández, quien para fines del mismo año, volvió a entregar a Don Ele, la cual mantuvo hasta 1946, dejándola para asumir la Secretaría Privada del Gobernador del Estado, Felipe Hernández.

El inquieto líder petrolero Domingo Bracho ocupó las funciones de Corresponsal hasta 1949. En 1950 debuta en primera línea de fuego el diminuto José Ramón Morales. Al cumplir un año, entregó su refugio a su maestro Eleazar Gómez. Nuevamente Morales en 1952, retornó a la
Corresponsalía, desempeñándola hasta 1954, fecha en que fue sustituido por el recitador de los cien barrios cabimeros, Br. Anselmo Reyes. En 1955 Morales reasumía las responsabilidades. Para fines de 1956, Fernando Caldera fue nombrado Corresponsal en Cabimas. Finalmente, a principios de 1958, José Semprún, sustituyó a Caldera.

Escuetamente esta ha sido la evolución sufrida por la importante Corresponsalía de Panorama en el Dto.Bolívar.

Diario De Occidente
A partir de la madrugada del 23 de junio de 1949 circuló este moderno diario zuliano en tierras petroleras. El periodista colombiano Antonio Velazco inauguró la Corresponsalía en el Dto. bolívar. En los meses siguientes Vidal Vílchez Ocando reforzó el cuerpo de redacción.

En enero de 1950, El Br. Anselmo Reyes Navarro, logró incorporarse como Corresponsal. El poeta de Cabimas Armando Ángulo, joven preocupado por la literatura, en 1951, reemplazó a su colega Reyes. A principio de 1952, el coriano Antonio Urbina Macho, poeta de playa, mechurrio y cardonales, se mantuvo hasta julio de 1952, cuando fue sustituido por Anselmo Reyes Navarro, quien para la postrimería del 52, entregó al nato demócrata Ángel Gutiérrez, cariñosamente identificado en el gremio periodístico como "Pearson". Desde 1952 hasta 1959 la corresponsalía de Diario de Occidente sólo ha conocido un titular: Ángel Gutiérrez.

Apuntes para la Historia del Periodismo Zuliano
Jesus Prieto Soto