lunes, 9 de noviembre de 2015

LOS DESPECHADOS



En los años 50, 60 y 70 los despechados constituían el principal incentivo que inspiraba a las compañías disqueras a mantener en las emisoras de radio a los mejores intérpretes de canciones románticas para los corazones rotos. 

En esos años de profunda inspiración, había para todos los gustos, los amantes del tango se conocían todo el repertorio de Carlos Gardel y otros expositores del mismo género. 

Los que gustaban de la guitarra, tenían en Julio Jaramillo, a Olimpo Cárdenas y otros virtuosos de la cuerda las mejores canciones que abordaban la historia de amor y desengaño que cada quien sufría. Bienvenido Granda, Miltiño, Alsi Sánchez, y muchos otros cantantes de ese estilo romántico también eran solicitados por los despechados. 

Así mismo el bolerista de América, Daniel Santos. Las rancheras eran uno de los géneros con mas demanda, no se podrá olvidar a Javier Solís, a Pedro infante, a Tony Aguilar, a Miguel Acedes Mejias y otros charros que ponía a llorar al mas guapo. Fueron muchos los expositores de la época, que incluso inspiró las más bellas serenatas. 

Hubieron hombres que no pusieron reparo alguno y sin ningún prejuicio se enamoraron perdidamente de una meretriz, incluso algunas de ellas salieron de esos antros para formalizar un hogar, con lo cual dejaron en el pasado aquella vida mundana.

Las damas también se despechaban, solo que de una forma más discreta. En esos años se podían escuchar con frecuencia las canciones de Lila Morillo, de Carmen Delia De pini, Blanca Iris Villafañe, de La Lupe, Celia Cruz, y otras féminas que exponían con profundo sentimiento su contenido romántico.

En algunos sectores de Cabimas, había botiquines o bares que se caracterizaban por tener buenos repertorios musicales en sus rock kolas. Las personas que vivían por los alrededores, sabían identificar de una vez, cuando un bebedor se encontraba despechado por el contenido de las canciones, o se trataba de un pretendiente enamorado que le estaba enviando a través de las canciones una declaración de amor a una chica de por allí. Yo diría, que el ultimo expositor romántico del final de aquella época fue sin duda Chucho Avellané.

En los actuales momentos los sufridos enamorados no consigue suficiente repertorio para afincar su despecho. En cambio, en aquellos años de significativo romanticismo, bailar pegado un bolero era una tremenda nota, ya que el enamorado, sabía por el resuello y el palpitar del corazón de la chica, que también estaba enamorada.

 Todo eso quedo en el pasado, como una huella de aquellos años. Géneros musicales como el reguetón, le impiden a esta generación de ahora la emoción y todas aquellas vibraciones que sentía un hombre, cuando entonces tenían en sus brazos a su amada y bailaba con ella una pieza que les movía el piso a los dos.

Relatos históricos de Cabimas.
LOS DESPECHADOS
Nestor Luis Pérez Borjas


CARMENCITA LA COJA (LA PUYONA)



Al realizar una retrospectiva de los acontecimientos más importantes que ocurrieron en la Cabimas de los años 50 y 60, no hay que dejar pasar por alto la historia de un personaje, cuyas vivencias marcó sin duda un hito en la Cabimas de aquella época.

La puyona era una mujer de mediana estatura, de unos 35 años, de tez morena y aspecto afrodescendiente que recorría las calles del centro de la ciudad y sus alrededores, ofreciendo sus servicios íntimos a quienes así se lo solicitaban. 

Su nombre de pila pocas personas lo conocían, aunque muchos la llamaban Carmen, de quien decían era de punta gorda, que según mantenía una prole de hijos, sin que estos fuera confirmado. Lo cierto era que este famoso personaje, a quien la agrupación gaitera el gran coquivacoa le dedicara una gaita con el nombre de Carmencita la coja, tenía como principales clientes a los jóvenes mayores, que poco acceso tenia a los burdeles de entonces y por lo barato de la tarifa. 

Esta mujer, que no era ni gorda ni delgada fue objeto de muchos asaltos y abusos por quienes se aprovechaban de su soledad, ya que ella siempre andaba deambulado por los lugares de edificaciones abandonadas y llenas de montes, procurando al amparo de la oscuridad ejecutar sus actos lascivos.

Casi siempre se sabía que andaba cerca, ya que algunas veces los jóvenes se amontonaban en torno a ella y muchas veces le hacían cola para esperar su turno. En esos años se volvió un chiste decir a cualquiera “Ajaaaa, te vieron detrás de la puyona.

Al escribir estas notas, siento profunda tristeza al comprender la suerte nada envidiable de este personaje, el cual por razones que nadie debe juzgar realizó para mantener a su familia. 

Muchos decían que era un castigo, otros que por su escasa preparación. Lo cierto es que, en aquel entonces, abrirse paso por cuenta propia no era nada fácil, sobre todo porque los servicios domésticos era algo poco visto, debido a que en la ciudad eran muy pocas familia adineradas y conseguir trabajo no era fácil. 

En todo caso, siempre había algo que se podía hacer, pero todas las personas no poseen la iniciativa para emprender por cuenta propia alguna faena, donde sin duda estaba de por medio poseer una habilidad. No digo que tuviera razón justificada, pero no todas las personas ven la vida con una óptica de sabiduría.

Años después se supo que había sido hospitalizada para extraerle un tumor maligno en el útero, lo cual posteriormente le causó la muerte después. Pobre.

MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.
Nestor Luis Pérez Borjas