jueves, 12 de enero de 2012

Dr. Darío Suárez Ocando


El 30 de octubre de 2007, a la edad de 87 años, se marchó a otra dimensión existencial el Dr. Darío Suárez Ocando, valioso profesional de la Medicina venezolana y puntal de la actividad socio-económica y del desarrollo general de la zona petrolera en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y, para nosotros, los gineco-obstetras, Maestro Latinoamericano, Maestro Venezolano, entrañable amigo, compañero de siempre e irremplazable motor de la Sociedad médico-científica que nos agrupa. Trabajador que pretendía desconocer la fatiga y la edad, luchó hasta lo indecible, hasta el último aliento, por permanecer activo y con dignidad entre los suyos, tratando de vencer la inexorable marcha del tiempo y sus consecuencias.

Le recordaremos en su faceta de hombre dinámico, de la cual dejó muestras importantes en la SOGV, donde ocupó diversos cargos directivos, regionales y nacionales, hasta llegar a la Presidencia, que ejerció con dedicación y probidad durante el bienio 1994-1996. A los 75 años, siendo Presidente nacional con deberes en las sesiones antemeridiana de la Junta Directiva, con sede en la "Maternidad Concepción Palacios", solía retornar a Maracaibo en el primer avión que le fuera posible abordar, para asistir en la tarde del mismo día a la consulta y a las tareas administrativas que le aguardaban en el "Centro Médico de Cabimas".

Como todo estudiante del Maracaibo de su época, por un capricho de Cipriano Castro debió cursar estudios universitarios en otra ciudad, y obtuvo el grado de Doctor de Ciencias Médicas en Caracas. Allí tuvo buenas posibilidades de quedarse para emprender la vida profesional, pero decidió irse a la provincia, practicó la Medicina rural en Valle de la Pascua y Mene de Mauroa y, al presentársele otras escogencias no tomó el camino aparentemente más fácil y expedito, no volvió a Caracas ni a su ciudad natal —había nacido en Maracaibo, en la parroquia luciteña, en el pintoresco barrio "Empedrao" de los gaiteros—; le atrajo Cabimas y allí se enraizó. Cabimas, ese gran hogar universal, faro de esperanza de innumerables emigrantes, una madre de brazos abiertos cuya gran mayoría de pobladores han sido adoptivos, no nacidos en ellas, le reconoce y le tendrá siempre entre sus hijos más emprendedores, entre los más empecinados en su progreso. Pocos la han defendido con un sentimiento filial tan profundo, tan fuerte y sincero; pocos, por el interés colectivo, han protestado tanto contra el centralismo caraqueño y hasta el maracaibero. No hubo actividad pro-comunitaria en la cual los cabimeros no sintieran la presencia del Dr. Suárez —así le llamaban—, quien: a pesar de su comprometedora dedicación la profesión médica supo restarle tiempo al reposo para incursionar en la política, desde el partido "Acción Democrática" y el "Movimiento Electoral del Pueblo" —llegó a ser Presidente del Concejo Municipal, Diputado y Senador suplente de la República—, participar en la banca y en sociedades financieras locales y hasta promover el deporte. Siendo Presidente del Concejo Municipal del Distrito Bolívar, hizo formal donación de los terrenos para la construcción del actual "Hipódromo Nacional de Santa Rita". El Dr. Suárez, el cabimero de adopción, hasta llegaba a molestarse con mucha frecuencia cuando los maracaiberos empleaban algunas frases del coloquio regional en las cuales se hace referencia a una Cabimas necesitada y mendicante, y con los mismos nativos de la Costa Oriental, cuando cantaban una conocida gaita en la cual se habla de una ciudad desesperada y famélica.

Pero su obra máxima para la ciudad que lo acogió fue el trabajo médico, su atención al paciente en el "Hospital General Adolfo D’Empaire" y en el "Centro Médico de Cabimas". Haciendo caso omiso de la idea de que los pueblos mineros y petroleros no suelen ser estables y longevos, sino que son más bien transitorias tierras de promisión, territorios de aves de paso que ante las mudanzas del clima no tardan en levantar vuelo, siempre abogó por grandes obras para la ciudad que, según él, todavía ofrenda a Venezuela su "reventón" de bonanza y oportunidades: el "chorro" de 1922, y pensaba que entre tales obras deberían contarse hospitales de elevada calidad técnica y asistencial. Junto a su entrañable amigo, el cirujano Dr. Otto Montero, dedicó lo mejor de sus esfuerzos a hacer del "Centro Médico" un hospital privado digno de una gran ciudad, lo que llegó a convertir en una realidad sin restar cumplimiento a sus deberes en el "Hospital General Adolfo D’Empaire", en el cual fue pilar de desarrollo del Servicio de Obstetricia y Ginecología, ejerció la docencia universitaria y promovió la adecuación y el reconocimiento de la residencia de posgrado de la especialidad. Entre sus áreas de especial interés y estudio figuraron: la cesárea, la prevención de la mortalidad materna y la asistencia del parto con la aplicación de las espátulas de Thierry, con las cuales llegó a adquirir especial destreza y a formar algunos alumnos que hoy siguen esa práctica.

Le sobrevive su esposa, la Sra. Marcilia Reyes de Suárez, con la cual tuvo diez hijos: Marcilia, María, Darío, Marisela, Morelia, Juan, José Francisco, Jairo, Melania y Javier. A ellos expresamos nuestro sentimiento de solidaridad, el de todos los miembros de la SOGV. Quien fuera su esposo y su padre, estará siempre presente en nuestros recuerdos.

Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela

EL BANCO DE SANGRE DE CABIMAS.


El primer banco de sangre que se inauguro en el estado Zulia fue el de Maracaibo, y  esto se realizo el 10 de Diciembre de 1949. Esta obra se culmino gracias al esfuerzo tesonero de varios doctores miembros del Club de Leones de Maracaibo que lograron demostrar los beneficios que obtendría la población de contar la ciudad con un banco de sangre.

Pero no fue si no hasta el 10 de abril de 1950 que abrió definitivamente sus puertas al publico en general. Era en sus inicios una pequeña unidad para cubrir las necesidades de la Maracaibo de esa época.
Esta iniciativa contó con el apoyo del Gobierno Regional del Estado Zulia, del Estado Falcón y del Estado Trujillo, estados fronterizos al Zulia que también iban a estar beneficiados con esta institución.
Para el año 1953 se funda el del Hospital Coromoto en Maracaibo y el 10 de Abril de 1955 se funda el de Cabimas recibiendo el nombre de sub-centro.

Después de poner en funcionamiento la de Maracaibo se pensó en el Distrito Bolívar por tener un número considerable de habitantes y se determino que el sitio más idóneo para continuar con esta iniciativa era Cabimas, por que desde aquí se podía prestar atención a todos los habitantes de la costa oriental del lago y de estados vecinos. Y desde ese momento los miembros  del mismo Club de Leones seccional Cabimas, se abocaron en campañas permanentes  para lograr instalar el sub-centro.

Era una cuestión de necesidad la inauguración del sub-centro por que hasta el año 1955, cuando algún paciente bien sea accidentado, asistencia de maternidad, enfermedad natural,  o para practicarle alguna operación planificada para mejorar su salud y si ese paciente requería de una transfusión de sangre, había que trasladarlo hasta Maracaibo, y la manera de llegar a Maracaibo hasta el año 1962, desde la COL o de estados vecinos, era por el “Ferry”. Esto significaba hacer un recorrido por vía terrestre con el paciente hasta Palmarejo y luego embarcar en el ferry  y de allí llegar hasta el hospital donde se iba a realizar la transfusión o a practicar la atención al paciente. Es cierto que para ese entonces las ambulancias tenían preferencia de abordar en el ferry pero aun así el tiempo empleado en hacer todo ese recorrido era crítico.
O la otra manera era, ante un accidentado o paciente inmovilizado que requería una transfusión, se enviaba a un emisario hasta Maracaibo en busca del plasma sanguíneo, con el equipo adecuado para el traslado por supuesto,  y luego este retornaba al hospital o la maternidad donde estaba el paciente esperando por ese plasma, pero en muchas ocasiones cuando llegaba el emisario ya el paciente que iba a servir de receptor había fallecido. Esto era debido al tiempo empleado en hacer el recorrido en ambos sentidos, Cabimas- Maracaibo y viceversa.

Por todos es sabido que un banco de sangre es aquella organización dedicada a recolectar, almacenar, procesar y/o suministrar sangre humana. Además, se encargan de analizar las muestras recolectadas. Los donantes es el pilar fundamental del funcionamiento de esta institución y  los donantes deben ser personas voluntarias  por motivos de solidaridad o donantes con parentescos cercanos a pacientes que requieran del plasma sanguíneo.

Los leones del “Cubil” de Cabimas haciendo un balance y conociendo de las experiencias positivas ocurridas en Maracaibo con el Banco de Sangre, se plantean como prioridad aupar la creación del sub-centro Cabimas. Eran conocedores de las dificultades por las cuales tenían que pasar pacientes y familiares cuando tenían un caso que requería de una transfusión de sangre para salvar vidas y tomando en cuenta que el Hospital de Cabimas la población a atender rondaba los 100.000 habitantes puesto que se brindaba atención a pobladores de los distritos Miranda y Baralt y también de los estados Trujillo y Falcón.

Empezaron las movilizaciones y la presentación del proyecto a los entes gubernamentales y a las empresas privadas para la respectiva colaboración cuando entrara en funcionamiento el sub- centro. El primer motivado fue el Diario Panorama que mantuvo una publicación de una mancheta diaria durante mucho tiempo que decía: “El Club de Leones de Cabimas esta empeñado en la instalación de un Banco de Sangre: colabora”


Y otra publicidad como esta también la mantuvieron por mucho tiempo en Panorama y además fue colocada en diferentes puntos de la ciudad para que fuese vista por los cabimenses y motivar para captar de esta manera donantes:                

Trabajaron en conjunto los “Cubiles” del Club de Leones de Maracaibo y Cabimas para lograr el fin esperado y lograron que la Junta de Beneficencia Publica del Estado Zulia hiciera una donación inicial de 8.000 bolívares y luego otras donaciones  para comprar todo el equipo técnico necesario para su funcionamiento. El Banco de Sangre de Maracaibo con la experiencia adquirida en su sede también colaboro y apoyo en todo lo que pudo. El Dr. Nuñez Montiel Director del Banco de Sangre visitaba constantemente el sub-centro para hacer recomendaciones importantes de funcionamiento.

El primer local estuvo ubicado en la calle El Rosario y era alquilado. Un local propiedad del señor Isabelino Marcano quien le realizo las modificaciones de obra civil pertinentes como contribución para hacerlas mas funcionales adaptables a las necesidades del servicio que se iba a prestar. El local estuvo cerrado por espacio de un año y este señor mantuvo el cobro de un bajo alquiler todo ese tiempo.

También colaboraron económicamente en esta obra, el Concejo Municipal del Distrito Bolívar, Las Compañías petroleras, el comercio y la industria del Distrito Bolívar. El local contaba con una sala de espera, consultorios, archivos, pieza para residir las enfermeras especializadas en hematologia conjuntamente con un local para el medico especializado en esa labor. Además tenía un lugar de una pequeña despensa para suministrarles alimentos a los donantes.

La Cruz Roja, en nombre de su presidente el Dr. Alfonso Araujo Belloso hizo una excelente colaboración pues el Banco de Sangre de Cabimas funcionaria sostenido por la Cruz Roja. A partir de su inauguración se esperaba la colaboración más importante y que era el punto de apoyo de esta obra: los donantes de sangre. Se hicieron campañas de concientización y el público cabimense respondió con creces en esta obra como siempre lo ha hecho.

Este fue el programa que se cumplió ese día para la inauguración:
a) bendición del local por el presbítero Briñez Valbuena.
b) Colocación de la placa leonistica.
c) Colocación del acuerdo del Club de Leones en el recinto del sub-centro
d) Palabras del presidente del Club de Leones;
e) Discurso de orden del Dr. Darío Suárez Ocando,
f) Nombramiento del sub-comité de la Cruz Roja del Distrito Bolívar, a cargo del Presidente de la Cruz Roja Venezolana, seccional Zulia, Dr. Alfonso Araujo Belloso;
g) Entrega del Sub-Centro del Banco de Sangre al Sub-Comité de la Cruz Roja;
h) Derecho de palabra. Clausura.

Después de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez el 23 de Enero de 1958,  la vivienda ubicada en la esquina de la calle Bolívar con la calle Las Mercedes y que servía de sede a la temible Seguridad Nacional quedo desocupada por un breve lapso de tiempo y entonces el Banco de Sangre logro, con el aval del nuevo gobierno democrático, la instalación de todos los equipos y  mobiliario en esta vivienda para seguir prestando sus servicios como lo venia haciendo en su antigua sede de la calle El Rosario.
                                            Vivienda donde funcionó el Banco de Sangre.

El banco de sangre actualmente esta prestando sus servicios en su sede, desde el Hospital general de Cabimas.

Nelson Marcano Urribarri.

lunes, 9 de enero de 2012

Los Relojes de Cabimas


En el primer trimestre del año 1955 por un convenio que hizo el Concejo Municipal del Distrito Bolívar siendo presidente el sr. Rogerio Cepeda (1952-1958) y una empresa de publicidad de Caracas se comenzaron a instalar unas pequeñas estructuras metálicas que tenían como 5 metros de alto en la vía principal de todas poblaciones que existían  desde Palmarejo hasta Bachaquero.

Fueron en total 30 estructuras de este tipo las instaladas proporcionalmente en estas poblaciones en la carretera Nacional,  en Ambrosio y en la avenida principal de Cabimas.

La estructura poseía en su parte superior dentro de un par de circunferencias metálicas un reloj que funcionaba con electricidad, luego un poco más abajo una pequeña plataforma que servia de soporte a las luces del alumbrado y a la publicidad de la mencionada empresa que era colocada allí periódicamente.
El fin primordial de estas estructuras era que sirviera de valla de publicidad a los productos publicitados  allí y que además, por la colocación del reloj, tuviera un fin utilitario permitiéndole a los transeúntes poder ver la hora en cualquier momento del día, pero…ver la hora era ver la publicidad.

Funcionaron bien durante un buen tiempo como todas las cosas nuevas, pero luego algún tiempo después, a los relojes se le dañaron los mecanismos internos de funcionamiento y dejaron de funcionar. Por supuesto que las condiciones naturales como la lluvia y el inclemente sol hicieron su mejor esfuerzo para ayudar a producir más daños.

Se fueron quedando fuera de servicio uno a uno los relojes, dejo de aplicárseles el mantenimiento necesario y luego fueron quedando en el olvido y sin cumplir ninguna función ni practica, ni ornamental.  Poco a poco, uno a uno los fueron quitando de  la vía en la medida que se construían nuevas aceras y asfaltando la arteria vial.
                               
Nelson Marcano Urribarri