jueves, 12 de julio de 2012

El Obelisco de Cabimas



Hasta el año de 1952 Cabimas seguía siendo la ciudad explotada en sus extrañas para extraerle ese rico mineral que cambio prácticamente todo en Venezuela. Se dio a conocer a nivel mundial y modifico sustancialmente la economía del país sin tener que hacer, sus habitantes y autoridades, casi nada para ello, solo prestar el subsuelo para la extracción. Poner a los mejores hombres deseosos de un trabajo rentable, que no existía para la época, para de esta manera las compañías especializadas en ese tipo de labores realizaran también lo que ellas sabían hacer, extraer, vender, comprar y pagar por esa labor.
           
 No había ni siquiera simbólicamente, un reconocimiento verdadero a esa labor de las personas que prestaron y prestaban su mejor esfuerzo a la industria que generaba la riqueza del país. Se hacían los reconocimientos a través de las empresas a los que de alguna manera habían permanecido por años en la industria, pero al obrero o trabajador petrolero caído en sus labores no se le hacían reconocimientos.


Entonces las autoridades decidieron levantar un obelisco que recordara permanentemente esa fuerza, la fuerza de los caídos en sus labores. Destacar el tesón que lograron poner día a día en sus puestos de trabajo para lograr las metas propuestas entre el trabajador, las empresas y el país. Una bonita manera de recordar todas esas penurias, lagrimas, tristezas y risas que acompañaban a todo ese quehacer productivo que se brindaba.

Se procuro que tuviera una buena altura para que se viera desde una distancia considerable y que estuviera enclavada en un lugar donde fuese visto muchas veces, que se viese a diario en una calle bien concurrida y se pensó en el centro de la ciudad. Estaría levantada en el centro del cuadrado que se formaba desde el frente de la plaza Bolívar hasta la Iglesia Nta. Señora del Rosario. Un espacio bastante amplio y que al levantar el obelisco allí iría a mejorar la circulación de los vehículos en ese espacio.
           
Se estuvo especulando durante un buen tiempo, cuando estaba el obelisco en proceso de construcción, que no podía ser el monumento al obrero caído por que, ¿Cuál obrero seria este para usar su nombre? Determinar ese nombre era y es una tarea engorrosa y difícil por que como sabemos los inicios de la explotación petrolera en Cabimas, como en otras partes del país, estaba saturada de improvisaciones tanto en el equipamiento y maquinarias como en las nominas que manejaban los empleadores donde muchas veces no tenían ni listas de empleados, en otros casos los obreros entraban a trabajar por su cuenta y a veces lo hacían en mas de una compañía, además no se llevaban registros de accidentes ni de conatos de incendios  que se presentaban muy seguidos en estas empresas.
Lo otro era, a cual trabajador iba a representar, al venezolano, al norteamericano, al chino o al de las islas vecinas. Era difícil determinarlo sin embargo el obelisco siguió siendo un homenaje al obrero caído.
           
La comisión de urbanismo del Distrito Bolívar lo autorizo y la ingeniería Municipal fue el encargado de su ejecución. Seria una pirámide cónica de base cuadrada de 2x2 metros y con 20 metros de altura, ubicada en el centro de un área de 4x4 metros con 8 secciones de tubos colocados en las esquinas formando con ellos una baranda que estaría rematada por varios tramos de cadena y se le colocaron las placas alusivas al monumento.



El sábado 8 de Noviembre de 1952 fue el día seleccionado para la inauguración de tan importante monumento y en horas del mediodía se hicieron presentes en la tarima levantada para realizar los actos de inauguración los miembros de la Junta de Gobierno y algunos ministros del despacho procedentes de la Capital de la Republica. Entre ellos estaban el doctor German Suárez Flamerich presidente, y los coroneles Marcos Pérez Jiménez, Ministro de la Defensa y Luís Felipe Llovera Páez, Ministro de Relaciones Interiores, el secretario Doctor Miguel Moreno junto con otros militares del despacho. El Doctor Cesar Clemente Rodríguez Sindico del Concejo Municipal le dio la bienvenida  a tan ilustres personeros y el Doctor Suarez Flamerich expreso conceptos elogiosos para los habitantes de la zona petrolera y dando las gracias por el recibimiento del cual habían sido objetos. Le siguió en el orden de palabra en nombre de los trabajadores de Cabimas el señor Humberto Ochoa para saludar a los miembros de la Junta de Gobierno. Seguidamente lo hizo el Doctor Tinoco Rodil, Ministro del Trabajo quien cerro el acto planificado ese día.
De allí los miembros de la Junta de Gobierno siguieron para Lagunillas a cumplir parte de la agenda planificada por su visita.   

 Después de la “caída” del régimen de Marcos Pérez Jiménez muchas cosas cambiaron por la actitud violenta de la población y otras por que las nuevas autoridades deciden cambiar o darle otro rumbo a lo que venia siendo norma. El obelisco tuvo la mala fortuna de caer producto de la piqueta demoledora también. Como el obelisco de alguna manera había “ordenado un poco” el transito vehicular a su alrededor las autoridades optaron por construir una especia de “rotonda” para que cumpliera ese fin.

Nelson Marcano Urribarri.