jueves, 23 de junio de 2016

Jose Vicente Bauza Gonzalez.









José Bauza, como Presidente del Concejo municipal del entonces Distrito Bolívar, que abarcaba desde Santa Rita hasta Valmore Rodríguez, hoy en día 5 municipios de la Costa Oriental del Lago, fue una persona destacada que contribuyó al desarrollo de la subregión petrolera y uno de sus más grandes hitos, es su apoyo decisivo en la gasificación en el municipio Cabimas, con la creación de la empresa de Gas del Distrito Bolívar Compañía Anónima (Gasdiboca) que en el año 2005 se convierte en Cabigas, posicionando al municipio como la tercera localidad en Venezuela que contara con el suministro gasífero.

Nació en Sucre, y de muy joven, llegó en un mapire a la COL y tuvo un desempeño excelente en la parte deportiva, por lo que estuvo a punto de ser contratado en el béisbol profesional, además de convertirse en un gran dirigente de pensamiento progresista de izquierda, hasta llegar ser Concejal y Diputado a la Asamblea Legislativa del estado Zulia.

Además fue el artífice que promovió la construcción del liceo militar Rafael Urdaneta, parte de la extensión del núcleo de la Universidad del Zulia (LUZ), el Hipódromo de Santa Rita, en 1977  el Instituto Municipal de Cultura de Bellas artes, varias plazas a lo largo y ancho de los poblados, que hoy forman parte de los 5 municipios en la COL.

Participó en el proyecto de la Plaza Bolívar de Ciudad Ojeda, el proyecto de la vía Pedro Lucas Urribarrí, del sector la Misión y la instauración de la red de gas en el municipio Santa Rita y Miranda

Fue el último Prefecto del Distrito Bolívar entre 1984 y 1989 durante el gobierno de Jaime Lusinchi por el MEP.
La Fundación Cultural Luis Beltrán Prieto Figueroa, la Junta del Patrimonio Histórico y Cultural de Cabimas y la Dirección Municipal de Cultura, lo nombro, en la Plaza Bolívar Bicentenaria, como Hijo Ilustre Post-Morten del municipio, por ser destacado en la formación de las raíces cabimenses.

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Edificio Miraflores





Fue construido en junio de 1956 por Leonardo Libutte y Antonio Reingiero. Su estructura está diseñada al estilo de un edificio moderno. Tiene tres plantas y 16 balcones en forma semicircular. El techo de la última planta es de láminas de metal.

Tiene bases, columnas y vigas de carga de concreto armado, paredes de bloques y arcilla entre los pisos de platabanda. Tiene ocho cuartos divididos en la parte alta, incluye cinco salas sanitarias que albergan a diez personas en condición de inquilinos. Su primer dueño fue Chamel Moucharafich.

Actualmente es propiedad de las hermanas Urdaneta Zavala. Esta estructura es considerada una reliquia, debido al tiempo que tiene de construida y la calidad de su construcción. Además allí está funcionando desde hace muchos años la farmacia José Gregorio Hernández, que brinda servicio al público y los vecinos.   

Instituto de patrimonio cultural

Colegio Victor Capo



El plantel creación Cabimas III, comenzó a funcionar el 16 se septiembre de 1975 con las inscripciones para los jóvenes que vivían en los alrededores de la carretera “J” y todos los sectores adyacentes. 
La institución con actividades con dos profesores tiempo completo: Licenciado Miguel Negrón y el Licenciado Francisco Marcano. Contaba con el siguiente personal distribuido de la siguiente manera: 24 profesores, 02 secretarias, 06 obreros y 06 secciones.
En el año escolar 1975-1976, se crearon dos secciones de segundo año y dos terceros años. En marzo de 1976, por decreto presidencial lleva por nombre en honor a un insigne maestro no nacido en Cabimas, pero que dedicó toda su vida a nuestra ciudad Cabimas “Víctor Capo”.

En octubre de 1976, fue inaugurado por el presidente de la República Carlos Andrés Pérez, en la Urbanización Nueva Cabimas donde comenzó sus actividades académicas con 36 secciones 27 del ciclo básico y 09 del ciclo diversificado, con 78 profesores.

En marzo de 1985, fue jubilada la profesora Josefa López de Urdaneta, por lo que asciende a director el profesor Francisco Marcano. En marzo de 1994, fue encargada de la dirección la profesora Ardenia Malavé. Más tarde toma la dirección el profesor Nelson Chirinos en el año 1999. Luego en el año escolar 2002-2003. Comienza a dirigir el Doctor Douglas Leal hasta septiembre del 2009.

Un mes después específicamente el 20 de octubre de 2009, asume la responsabilidad de la gestión gerencial la Licenciada Lisnerys Custodio, función que culmina por decisión propia de la mencionada profesora, el 5 de febrero del año 2010. Luego ejerce la Licenciada Ana Mora como directora institucional desde el 13 de abril hasta el 22 de febrero de 2011.


Armando Clark



miércoles, 22 de junio de 2016

RUFINA LA BURRA MERETRIZ

La mayoría de las historias tienen su origen en comentarios y rumores que poco apoco se van enriqueciendo hasta que toman forma. Las personas que convergen en lugares públicos se ven obligados a interactuar y a referir los comentarios y rumores que acontecen en la ciudad. Así surgen las historias, las cuales sin duda van cargada de cosas ciertas y de una buena dosis de hechos infundados por la imaginación de la gente que son precisamente quienes le dan forma a la historia.
No dudo que fue así que esta historia que relatare a continuación tomó curso, sin descartar el hecho de que algunos detalles hayan sido exagerados y acomodados con la intención de darle la jocosidad. Lo cierto es que cuando referían estos acontecimientos las gente lo pasaba bien, ya que si algo identifica al zuliano es su buen humor.


En los años del gobierno de Pérez Jiménez, se comenzó a instalar la tubería de agua potable para darle ese servicio a toda la población. Eso hizo que el negocio de vender agua potable a domicilio, comenzara a decaer y las ventas no eran las mismas. Fue entonces que uno de tantos agüeros que vendían agua a domicilio se le ocurrió la idea de darle otro uso a la burra que arrastraba su carreta y se dispuso a preparar unos pequeños escalones, que sirvieran para personas de diferentes tamaños, los cuales veremos más adelante el propósito que tendrían los mismos.


En realidad aquel  agüeros, cuyo nombre omitiré, vivía en un callejón sin salida del barrio Tierra negra, muy cerca del casco central. Los jóvenes mayores que se vieron involucrado en esta historia habitaban por las calles aledañas y de algunos de otras barriadas. Consideré necesario escribir al respecto, puesto que los mismos pertenecen a la memoria histórica de la ciudad. 


Este agüero, hubiese sido juzgado por algún organismo de protección a los animales de haber existido en aquellos días, pues era ya suficiente con el excesivo trabajo que tenía aquel animal, como para que a este señor se le ocurriera ponerla a trabajar como trabajadora sexual.


Aquel señor invitó a un joven de la calle el progreso, a que pasara por su casa en horas de la noche y tan pronto como el joven llegó, el agüero le ofreció los servicios de la burra, para que él desahogara sus necesidades sexuales por un módico precio. Aquel joven se habría de encargar después de regar la voz entre los demás interesados de por aquella calle y otras aledañas. 


Llegado el caso, eran muchos los clientes nocturnos que la burra Rufina atendía. En esos días, no había burdeles en el perímetro de la ciudad y en todo caso, los que habían estaban negados para menores de edad y se encontraban distanciados. 


Los vecinos empezaron a notar con extrañeza, que el pequeño hombrecito bañara a la burra todas las tardes, y que además le aplícara una exquisita agua de colonia, y más aún, ver que buena cantidad de jóvenes se daban cita en su casa en horas de la noche.


Dicen los que recuerdan bien los hechos, que el ingenio y la creatividad surgieron en aquellos días de lujuria animal, pues un joven que había llegado por aquella calle, procedente del campo, donde esa práctica es común se le ocurrió inventar un dispositivo muy parecido a un rodillo de los que se usan para pintar. De acuerdo con lo indagado, aquel joven le deslizaba el rodillo por las costillas a la burra, haciendo que ésta se meneara con particular movimiento, muy similar a los que hacía una famosa bailarina de aquellos días llamada la Tongolele. Aquellos movimientos les permitían a los jóvenes obtener mayor placer. El astuto aguero también ofrecía los escalones que había fabricado y el rodillo para que todos pudieran alcanzar a la burra Rufina sin problema. 


Al pasar los días los jóvenes que visitaban con frecuencia aquella casa de cita se habían encaprichado con aquella burra, a tal punto de asumir aquel animal como si fuera un ser humano.


Pero como es bien sabido que nada es perfecto en la vida, resulta que cierto joven que era asiduo visitante de Rufina, tenía amores con una joven que habitaba por los lados de la calle las Mercedes y ésta empezó a notar la ausencia de su enamorado a su cita amorosa y por tal motivo, pensando que se trataba de un engaño, decidió seguirlo y una noche pudo descubrir de que se trataba todo.


Aquella furiosa mujer, casi se volvía loca de la rabia, al ver que su novio la engañaba con una burra.
Esa noche juró que de alguna manera tenía que vengarse de aquella burra y para su favor, llegó por aquellos lados el gran circo América y de una vez pusieron el tradicional letrero, donde se leía que compraban toda clase de animales para alimentar a los leones.


Una noche, después de que el agüero despidiera al último cliente, la joven chica se hizo acompañar de unos amigos y se robaron a la burra Rufina y la negociaron con los del circo. Así terminaron los días de la burra prostituta y al agüero se le acabó el negocio y por temor a que lo fueran a demandar por tales hechos, no se atrevió a buscar a otra burra, si no a otro burro, con el cual pudo continuar su reparto de agua.


Decían que muchos de los jóvenes lloraban a Rufina con el desespero y sentimiento de un viudo y hasta en los momentos de libar licor, la recordaban con honda tristezas.





Nestor Luis Perez Borjas
MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.
RUFINA LA BURRA MERETRIZ