sábado, 6 de agosto de 2016

Supermercado Victoria

Palito Blanco y Campo Amarillos 1930s

Calle El Chispero 1984

Calle independencia en los 60s

Foto del area de la catedral

viernes, 5 de agosto de 2016

En la calle Miranda



1956



2016




Lilo y sus stars




Hospital de la VOC




Hospital de la VOC año 1935.Esta era la parte delantera del escrito anterior julio 19 de 1935 cumpleaños de mi padre.
Alba alfonzo.

Celebracion de los 50 años del Banco de Maracibo





Celebracion de los 50 años del Banco de Maracibo.De dercha a Izq. Nahum Jimenez, Mime Ferrer, Carmen de Pernalete, Lucas Villa, Ibrahim Ferrer y otros


Para la feria del Retorno de 1968

Tintoreria New York







Tomada por Sotero Pino Roque. 1969

LA CASA ELECTRICA DESDE LA TERRAZA DEL CINE INTERNACIONAL

ZANJA DEL NUEVO JUAN VISTA DESDE LA URBANIZACION HOLLYWOOD 1962

LA LLORANTÍNA DE PINGÜINO EN EL DIA DE LAS MADRES



Uno de los muchos personajes que hicieron vida en Cabimas en los años 50 y 60 y que repercutiera mas por su forma de ser y vestir, fue sin duda alguna Germán Dúno, mejor conocido como pingüino. 

Sobre él hay muchísimas anécdotas que son del conocimiento de los lectores de este portal, pero hay una que en particular es poco conocida. Antes me voy a permitir aclarar algunos aspectos que identificaron a este personaje, a fin de tener una idea mas clara sobre él. 

Pingüino era de muy baja estatura, de contextura delgada, de piel morena oscura, de labios finos, cabello negro y crespo, de pómulos pronunciados con ojos pequeños y achinados. Todos esos rasgos probablemente se correspondían con la etnia indígena que habitaba el estado Falcón, en una clara mezcla de descendencia africana. 

Era evidente un claro retardo mental a juzgar por todo cuanto hacia. Otras características que identificaban a este personaje era la forma afable de su trato, pues era un hombre amable y muy cordial, por lo que se había ganado el aprecio de la gente. 

No hubo una persona que pusiera una denuncia, al sentirse estafado al comprarle una fracción de la lotería ya vencida, “el que cayo, cayo” decía el pequeño hombrecito.


Muchos se preguntaran la razón por la que lo habían apodaron pingüino, y era que al caminar sus pies quedaban en la misma posición de las aletas de los pingüinos y como tal caminaba. 

Siempre vestía de flux y corbata y como su estatura era pequeña los trajes le quedaban demasiado grandes. Otra característica, era que al estar parado se sentía como al estar inclinado hacia atrás. Era probable que Pingüino llegara desde el estado Falcón con los primeros inmigrantes que llegaron a Cabimas atraídos por el auge petrolero. 

Siempre se le veía en los velorios, y era que en ese entonces la ciudad no era tan grande y la noticia de un velorio corría como pólvora, razón por la cual nuestro personaje aprovechaba para lograr comer algo de gratis. 

Yo nací y viví por el casco central de Cabimas y de joven trabaje en pasaje sorocaima (antiguo centro comercial del casco central) y veía a pingüino casi a diario y jamás lo vi borracho, pero no descarto que en algunos velorios donde él asistía le brindaran licor y el gustoso se excediera.

Un hecho que pocos conocían de pingüino, era que cada año en el días de las madres visitaba la tumba de su madre en el cementerio que estaba ubicado detrás de la estación de servicio Texaco, donde hoy día esta un edificio nuevo en calidad de abandono. 

Aquella visita resultaba ya conocida por quienes también concurrían al cementerio en esa ocasión. Contaban las personas que solían verlo en esa entonces, que al estar frente a la tumba de su madre colocaba un ramo de flores y tan pronto como le pedía la bendición, empezaba con una letanía de reclamos que rayaba en el insulto. 

Según contaron los testigos, pingüino le decía “Hay hay mi madrecita, porque C…. me dejaste solo, no vez no joda, que lo que estoy es pasando hambre, CDM, porque te viniste a morir, ahora no tengo quien me atienda ni haga nada por mi. Esas y otras palabrotas las profería en medio de un copioso llanto que hacia en vos alta, por lo que enseguida se amotinaban algunos curiosos para presenciar aquel espectáculo que contrastaba con la forma de ser de Pingüino y que se prolongaba por un buen rato.


MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.
Nestor Luis Perez Borjas.

LAS PLAÑIDERAS




Esta historia resulta bastante curiosa pocas veces vistas por lo raro de su desarrollo. Resulta que por los años 60, se instaló por la calle el progreso del casco central de Cabimas, una empresa de distribución de productos lácteos llamada INDOSA

Aquella empresa tenía como gerente a un sujeto italiano, como de unos treinta y cinco años de edad, alto, delgado, de tez blanca, bien parecido, pero bastante calvo de nombre Giuseppe Carantone

A este señor le apasionaban los vehículos deportivos, lo cual para la época solamente era un lujo que únicamente los ricos podían darse. Este señor no tenía amistades por aquella calle, ya que posiblemente era casado en Italia. Las personas de por allá, lo tenían por un elemento de pocos amigos, un poco estirado, con estirpe de hombre arrogante con pretensiones de distinción y finura. Casi siempre se le veía trasladarse de un lado a otro en su vehículo deportivo, al cual le imprimía demasiado velocidad.

Un día de fiesta, este señor se dirigió hacia la autopista fuera de la ciudad y le imprimió tanta velocidad a su carrito con la mala suerte de volcarse y matarse. La noticia se regó como pólvora, causando honda impresión a las personas de por allá.


El día del velorio, resultó una gran sorpresa para las personas que vivían aquella calle, puesto que algunas mujeres jóvenes, entre las que se contaba una un poco subida de edad, se presentaron vestidas de luto y comenzaron a llorar al difunto con tal desesperación, que daban la impresión de que el tipo se había montado un harén clandestino con ellas y éstas, lloraban al marido muerto. 


El caso fue que a ningunas de esas jóvenes ese señor les llegó a pasar palabras,por lo menos no que se supiera, pero las igualadas féminas se habían hecho ilusiones con aquel galán que había partido al más allá, dejando muchos corazones rotos sin haber hecho nada para haberlas conquistado.


 Ellas se habían hecho la ilusión y esperanza, aguardando pacientemente que el europeo se fijara en una de ellas. Ahora lloraban con profundo amor platónico al finado galán. 

Un elemento que vivía por allá al que llamaban el loco Javier, se atrevió a decir que los dueños de la empresa había contratado a esas chicas, para que hicieran el papel de plañideras, es decir, mujeres pagadas para llorar, mientras que otro que escuchó el comentario, aseguro que el difunto galán había tenido su ju ju clandestino con todas ellas, sin que las féminas entre si se enteraran. Que lengua.

MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.

Nestor Luis Perez Borjas

El primer taller de reparación de motos de Cabimas,

El primer taller de reparación de motos de Cabimas, muchos años antes de que llegara un inmigrante italiano de nombre Caira Giuseppe Domenico popularmente llamado Pepe, quien llamó Taller Cachoni a su negocio porque así se llamaba un corredor de bicicletas italiano, se encontraba ubicado al final de la calle el progreso, diagonal a la cuadra de Colmenares en lo que es hoy la entrada al taller de automotriz Cabimas.

En Los años 50 Y 60 funcionaba al aire libre y debajo de un gran árbol de cují un taller para motos atendido por los hermanos Rafael y Guillermo Villasmil, quienes también eran conocidos como los mechudos por ser todos ellos de abundante cabello y brazos velludos.


Los niños del lugar, entre los que me contaba yo nos divertíamos jugando en ese taller ya que allí había un cementerio de motos para tomar repuestos que servían para pasarla bien. Recuerdo que esas motos eran muy diferentes a las de ahora y para esa época su procedencia era de Italia, Francia y EE UU.


Cuando esa actividad cesó, El señor Rafael Villasmil se dedicó a reparar los calzados de las prostitutas que trabajaban en una zona de tolerancia llamada Nueva Rosa, un lugar donde había unos cuantos burdeles y las chicas que prestaban sus servicios íntimos, ubicada en las afueras de la ciudad de Cabimas. 


Todas las tardes el señor Rafael disponía de una bicicleta como su único transporte para llevar los trabajos de encargo, y para realizar las reparaciones expres.

MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.

Nestor Luis Perez Borjas

Despues, Pepe abrio su Taller Cachoni en la avenida Miraflores en la entrada a la calle 19 de abril. Tambien vendia bicicletas y las reparaban. Y los hijos practicaban motocross en la pista que estaba donde hoy esta Dcandido y Farmatodo.
Rafael Rangel

Bendición del primer taladro. La Rosa No.01



Recuerdo de la bendición del primer taladro venezolano la Rosa número 01 año 1914.

Nestor Luis Perez Borjas

CHANTAJE DE VIEJA DATA.




En los años 50 habitaba en Cabimas un esbirro de la seguridad nacional (Policía represiva de la dictadura Pérez Jimenista) que tenía fijada su residencia por la calle el progreso aledaña al casco central. 

El señor Jesús Montero era secretario regional de esa policía y por mucho tiempo se valió de su condición de jefe policial, para abusar de su poder. Aparte de estar detrás de las detenciones arbitrarias que se cometía en contra de los que disentían del régimen de Pérez Jiménez, usaba su nombre para coaccionar aquellos pequeños y grandes comerciantes temerosos de un enemigo innecesario.

Este señor utilizaba los favores de algunos jóvenes que vivían por aquella calle y los mandaba a buscar en el comercio local, ropa, comida,y hasta en algunas bodegas lo que a él le diera la gana. 

Cuando los jóvenes eran despachados mostraban la orden firmada por Jesús Montero y el comerciante sorprendido mostraba una sonrisa temerosa, diciendo que no era nada, que no había problema que todo era cortesía de la casa y preguntaban si no se le ofrecía algo más y hasta le brindaba un refresco al joven que hacía el mandado.

MEMORIAS DEL PASADO
Relatos históricos de Cabimas.
Nestor Luis Perez Borjas.