jueves, 10 de junio de 2010

La Leyenda de Loca Maria Costa

Dicen que para el año 1890 María Costa desembarcó por la parte norte de Punta Icotea justo en el sitio donde estaba la planta de níspero de la familia Reyes, mucho antes del reventón del pozo de petróleo El Barroso II. Es una mujer que vivió en Pueblo Aparte, Ambrosio, caminaba todos los días por el camino real predicando una repetición que decía: vienen unos hombres altos catires con botas grandes, que abrirán unos huecos en la tierra y un chorro botará.

Esta mujer dormía fuera de la casa, sola en un corredor y sobre una tabla como almohada; usaba un pedazo de madera y como acompañante un machete. En Pueblo Aparte todos la querían, ya que en esa época, como ya se señaló, las familias vivían un cristianismo primitivo, ingenuo, que se enseñaba de padre a hijos y en el cual se practicaba la caridad cristiana bajo el lema: has bien y no mires a quien. María decía que hablaba con los pájaros y que eran ellos los que le transmitían lo que iba a pasar, sobre todo las paraulatas y el cristofué. Cuando despertaba el alba y el sol nacía, la paraulata entonaba sus trinos, María decía: ¿oyes lo que dicen?, y más tarde cuando el sol estaba despierto y cantaba el cristofué, hablaba con un gramófono y empezaba a traducir lo que el pájaro le decía. Un día esta mujer no apareció en el poblado, y la buscaron por todas partes y no la encontraron; formaron comisiones para seguir la búsqueda y a gritos en los montes del Empalao, Curso Colorado, Monte Arriba y hasta Catarsoma llegaron y no la encontraron.

María Costa se fue de Ambrosio como había llegado, ya que nadie sabía de donde venía y ni siquiera quien era. Es importante señalar que una minuciosa investigación oral permitió constatar que la fecha de desaparición de la loca vidente, como le decían muchos, fue el 5 de abril de 1912 aproximadamente. Se ha convertido en un mito local muy conocido entre los habitantes de toda las zonas donde este personaje se desenvolvió.

Instituto de Patrimonio Cultural